Desde que la conozco, la editorial Lóguez ha sido una de mis favoritas, de las que sigo, una de esas a la que acudir cuando se busca calidad, cuando se quiere algo diferente y bueno, cuando deseas sorpresas, cuidado, delicadeza, cariño, humor y, especialmente, manterte lejos de ñoñerías, imposiciones de valores moralistas y libros receta.

 

Últimamente estoy muy atenta a sus títulos para los más pequeños y la verdad es que no tienen desperdicio. En su colección PEQUEÑOLÓGUEZ han publicado desde 2015 una serie de libros escritos por Cédric Ramadier e ilustrados por Vincent Bourgeau que han ido directamente a mi repertorio. Son libros de cartoné cien por cien interactivos, que no tienen sentido sin la implicación absoluta y directa del lector.

Empecemos por ¡Que viene el lobo!

 

Este libro lo conté por primera vez en Edimburgo, en inglés a niños españoles y en español a niños escoceses, todos ellos menores de cuatro años. Un éxito rotundo. El lobo se acerca lentamente, con cada paso de página la narración avanza tensa, pero, menos mal, el texto nos da instrucciones para deshacernos de él. Nos dice que inclinemos el libro, de manera que el lobo, en la siguiente página, se está cayendo porque el suelo se ha inclinado. Nos dice que demos la vuelta al libro y, vaya, el lobo casi se cae, pero se ha agarrado a una rama. Y así hasta el final. ¿Conseguirá el lobo llegar hasta nosotros? Los niños no paran de reírse cuando ven al lobo sufriendo las consecuencias de nuestros movimientos con el libro. Absolutamente recomendable.

 

Por otro lado, Comer un lobo, un libro alegremente irónico.
Desde la primera página el mira directamente al lector. En la página impar se encuentra el texto, en páginas que van cambiando de color. En la página par, el cerdito va enumerando la receta para Comer un lobo. Quiere cambiar la historia. Está harto de que el lobo siempre termine comiéndose al cerdito, así que hoy va a ser él el que se coma al lobo. Desgraciadamente, él no tiene un lobo. Pero cuando mira en la despensa… ¡ahí está! Y mientras él sale corriendo disparado y en la imagen le vemos huir, el texto nos dice sus palabras: Siempre la misma historia…

 


Por último, El libro que duerme.
El propio libro es el protagonista. Todo él como formato en las páginas pares. En las impares, sobre fondo del mismo color, aparece un ratoncito que se dirige al lector y le pide que pregunte al libro si está preparado para irse a dormir y que revisa toda la rutina que los niños llevan a cabo antes de irse a la cama. Finalmente, el libro se queda dormido.
Son libros que merece la pena tener en la biblioteca de los más pequeños y disfrutar leyendo y contando con ellos.

 

Atentos porque a partir del 7 de abril aparece un nuevo título: El libro enfadado, con el mismo formato de El libro que duerme. ¡Promete!