Este mes ha tocado estrenar la sesión “EN EL JARDÍN” y me gustaría compartir cómo ha sido su proceso creativo, o más bien recreativo, ya que es una sesión que, con ese título, realicé hace tres años en varias bibliotecas, como estoy haciendo ahora.

En aquel momento la sesión contaba con una puesta en escena sencilla que consistía en desplegar un pedazo de césped artificial. Fue la primera sesión que hice sin usar mesa para apoyar los elementos. Utilicé entonces libros como “El jardín” de Annette Tamarkin”, “El camaleón arcoíris” y “La pequeña oruga glotona”. Como objetos, usé flores de peluche y como instrumentos musicales, las campanas y el ukelele.

Este verano me planteé retomar la sesión y hacerla durante el otoño, pero por un problema con el ordenador no tenía acceso al archivo en que guardaba lo que había hecho hace años y me estaba costando esos días de verano recordar la sesión. Y un día de junio, estando en casa de la narradora Soraya Herráez, conocí el libro del querido Fran Pintadera titulado “En el jardín”. Me pareció una llamada a mis dudas. Lo leí y sobre la marcha le puse música en mi cabeza. Me pareció perfecto para incluirlo en la dudosa sesión que estaba preparando. En esta entrada reseñaba ese libro y algunos más de la misma editorial y autores y les prometía este post.

Y así, cuando después de las vacaciones regresé al hogar, una tarde de domingo en la que se suponía que tenía que estar haciendo nada desplegué el césped artificial en el salón, tomé todos los libros álbum, solapas, pop up y demás que tenía sobre el jardín y los dejé ahí. Luego cogí todos los títeres de guante y objetos que podía relacionar con el jardín y los dejé sobre el césped también. Y desde el sofá me puse a observarlo todo.

Tenía claro que no quería contar la pequeña oruga glotona por motivos varios. Tenía claro que no volvería a contar el camaleón arcoíris porque es muy pequeño para que los bebés lo puedan ver con claridad. Y así fui descartando cosas.

Con el libro de Fran Pintadera entre las manos y mirando la gran cantidad de elementos que había en el césped la idea se sirvió sola: contar del 1 al 10 todo lo que hay en el jardín. Así, con el texto de Fran fui valorando si podía meter en mi sesión un gato grande, dos lagartijas, tres grandes árboles, cuatro sabuesos… Pero no, no tenía títeres, objetos ni libros para representar el original, así que observé qué era lo que tenía: un erizo podría sustituir al gato. Dos orugas de madera pintada podrían sustituir a las lagartijas. Tomé el libro “Es un jardín” de Héctor Dexet y escogí algunas páginas en que se podían contar claramente algunos seres: tres gusanitos, seis hormigas… añadí 7 mariposas a la que había para tener 8, y así fui creando un texto paralelo al de Fran, trabajando la rima para que cuajara todo. Finalmente solo dos versos quedaron como en el original, los últimos: “Diez nubes blancas y un niño que duerme”.

Aquí puedes escuchar la canción, basada en la estructura del libro de Fran Pintadera, con la que enmarco e hilo la sesión. La cantamos al principio para prepararnos, repetimos el estribillo varias veces durante la sesión y la volvemos a cantar entera al final para verificar que lo hemos contado todo.
Si tienes el libro de Fran Pintadera, puedes probar a ponerle la melodía que he creado a su texto, porque a nivel rítmico funciona exactamente igual, y así puedes disfrutar de su texto original musicado.

Pero siguiendo con el proceso, ya elaborado el texto había que poner en pie la sesión. Escoger los elementos incluía contar con cubrir los aspectos sensoriales a nivel táctil, olfativo, visual y auditivo. Y así verifiqué que tenía varios títeres de dedo y guante que se acercarían a los bebés, las flores para oler, los colores vivos y un libro pop up y a nivel auditivo, textos en verso y la canción.

Ahora tocaba estructurar la sesión, porque los elementos no iban a ir apareciendo en orden del 1 al 10, sino con una estructura narrativa. En ella se comienza en el verano disfrutando del césped, contando las mariposas (8), los gusanos en la manzana (3), las hormigas (6), buscamos caracoles (4), recogemos flores (5)… hasta que llega el otoño con sus hojas (9 hojas caen marrones y verdes), aparecen la lluvia y el sol trayendo el arcoiris (7 colores pintados en el cielo), y finalmente queda un cielo lleno de nubes blancas y un niño que duerme (el bebé de cada uno).

Así contamos con un hilo narrativo sobre dos estaciones y lo que sucede en ellas en el jardín y con otro hilo que hace de nexo general que es el contar del 1 al 10 todo lo que hay. No se muestra ni una cosa más ni una menos que las nombradas y contadas. Salvo el ukelele, el xilófono, el palo de lluvia y el cascabel que hacen de efectos sonoros o acompañamiento musical momentáneo.

También tuve en cuenta incluir varias palabras en Lengua de Signos (¡viva Signándole a la Infancia y Silvia Rumeu!), que repiten varias veces durante la sesión: mariposa, gusano, árbol, caracol, nubes y viento. ¡Aquí un par de pruebas!:

Teniendo esto solo faltaba crear los elementos que no tenía: 3 caracoles de fieltro y 7 mariposas de papel para añadir al libro de Héctor Dexet, ensayar y… ¡estrenar!

Es muy importante para mí poder ir compartiendo, según voy creando, el proceso creativo, las dudas y las ideas con alguien. Gracias, Soraya y Silvia, por estar ahí en esta ocasión.

Y ahí me tiene el jardín, recogiendo alegrías como hojas y flores. Si aún no la has visto, ¡estás a tiempo! Seguirá rodando por las bibliotecas durante octubre y parte de noviembre.

Las fantásticas fotos son de Jesús Bilbao y se llevaron a cabo en la Biblioteca Municipal de La Laguna.

¡Gracias!