Hada. Ilustración de Leticia Zamora

Creer o
no creer. No es esa la cuestión. La cuestión es venderse al imaginario,
rendirse ante la palabra. Sin embargo, para un niño pequeño, la diferencia
entre creer y no creer es una gran cuestión.

Soy
poco dada a contar cuentos cuyos protagonistas son hadas o duendes. Sin
embargo, un día mostré en una sesión un libro desplegable donde, en un bosque,
se mostraban distintos tipos de hadas y los variados lugares en que podían
habitar. Repartí un poco de polvo de hadas que ellas me habían regalado en una
visita mía y les recordé la historia de Peter Pan, en que las hadas podían
vivir si los niños creían en ellas.

Al finalizar
la sesión, se me acercó una niña pequeña y me preguntó: ¿las hadas existen de
verdad? Yo le respondí: ¿tú quieres que existan? Ella me dijo que sí. Entonces,
existen.

A
muchos niños es preciso explicar en ocasiones que los cuentos son una puerta
abierta a la imaginación. Que si son verdad o no, solo sus protagonistas lo
saben. Que ni los que contamos tenemos idea de eso, ni nos importa. Cuando
preguntan “¿Eso sucedió en verdad?” les respondo que ésa es una pregunta que no
necesita respuesta o que, en todo caso, yo no puedo darles.

¿Forma
parte del ritual de escuchar un cuento plantearse esa duda? ¿Únicamente sucede
cuando somos pequeños y tratamos de definir dónde acaba la realidad y comienza
la invención?

Los
pequeños necesitan construir el sentido de un mundo lleno de estímulos que
deben comprender, ordenar, diferenciar. Los cuentos cumplen en ello un papel
esencial. Les confunden y les aclaran, les arman y les desarman, deviniendo en
cierta lucha entre racionalidad y emoción.

Los
poetas griegos creaban sus propios mitos e, incluso Sócrates, al finalizar un
mito que inventó en el  Fedón, confesó:

No puedo sostener que las cosas sean
exactamente como las he expuesto, pero, en todo caso, es un “hermoso riesgo”
creerlo.

No es
pertinente plantearse la cuestión de la verdad de los mitos. Ni de los cuentos.

En la
película “La vida de Pi”, absolutamente recomendable y necesaria, se hace
referencia a esta idea: ¿Qué historia eliges creer?