Buenas noches, hoy  he pasado la mañana rellenando un Application
Form. Aquí eso de los Currículum Vitae está muy bien, pero en la mayor parte de
los sitios te piden que rellenes su propia “aplicación”, que consiste no sólo
en que incluyas datos sobre tu experiencia profesional o tu formación, sino que
respondas a preguntas relacionadas con el puesto, muestres tus habilidades y
logros, etc. Por ponerles un ejemplo, esta Application era para trabajo con
personas con discapacidad, y te preguntaban cosas como:
En nuestro proyecto es preciso
tener buenas habilidades de comunicación. Pon un ejemplo de una situación
incómoda en la que te hayas encontrado a nivel comunicativo y dinos cómo lo
resolviste. O… pon un ejemplo de tu experiencia trabajando en grupo… Así que
tardé más de una hora en rellenar todo el Application. Así se aseguran de que
accede al puesto alguien a quien le interesa mucho (o con mucho tiempo libre),
porque vamos! También obligan a poner referencias de contactos… en fin. Un lío.

Después fui a escuchar una
sesión de cuentos para niños (sí, a las 14:00 de la tarde). Ya les hablaré
sobre eso en la próxima entrada, que será un 
monográfico sobre las sesiones de cuentos que he visto.

Por la tarde he ido a Calton
Hill, como les contaba ayer. Así que ahí les va una racioncilla de historia y
alguna que otra curiosidad.
Monumento nacional y Monumento a Nelson  (tomada desde el aire, extraída de internet)

Se encuentra en el centro de la
ciudad, donde acaba Princess Street, la calle que separa la Old Town de la New
Town. Es una colina desde la que se obtienen las mejores vistas de la ciudad.
Hoy llovía, y había sol y niebla venida del mar, traída por el viento, la
llamada Haar… nosotros tenemos calima y esta gente tiene Haar.
Imagen sacada también de internet. No se crean que he vivido ese sol.

Bueno, sobre la colina podemos
encontrar varias preciosidades. Por un lado, el Monumento Nacional, al más puro
estilo griego. Quisieron ser la Atenas de Europa y lo construyeron a finales
del XIX al estilo del Partenón. El objetivo era conmemorar a los caídos en las
Guerras Napoleónicas pero nunca pudieron terminarlo por falta de fondos. He
leído por ahí que los fondos desaparecieron misteriosamente. Quién sabe. Se
dijo que era la vergüenza de Edimburgo, pero le tienen mucho cariño a sus
vergüenzas y ahí está, en lo alto de la colina, inconfundible, a medio hacer.

También encontramos el
Monumento a Nelson, el Observatorio de la Ciudad, y alguna cosilla más, como ese precioso monumento al filósofo escocés Dugald Stewart. Las vistas a toda la ciudad son dignas de apreciar y es imprescindible pasearse toda la colina.
Muy relajante y muy bonito. Imagino que sin lluvia lo será aún más… Como muchas otras partes de Edimburgo, este fue un lugar de ejecuciones, aunque también de celebraciones. Cada año se organiza a finales de Abril un festival de fuego… y yo que estaba recién llegada me lo perdí, pero hay algunas imágenes impactantes en internet.

Estas sí son sacadas por mí. Se nota en la cantidad de gotas.
Les dejo con una curiosidad
más. He encontrado en diferentes partes de la colina y de la ciudad, bancos con
placas que incluyen diferentes dedicatorias. Según he entendido, la gente puede
comprar al ayuntamiento un banco y escoger el lugar donde colocarlo para
conmemorar la memoria de alguien. En los paseos de los Princess Street Gardens
hay muchos. Ahora voy por la ciudad buscando bancos para leer las plaquitas.
Las hay con poemas, o sencillamente con frases como “A mi abuelo, que cada día
venía a este lugar”.



Contarles también que pegado a la colina está el Cementerio de Old Calton.
Allí está enterrado Hume, he
visto su mausoleo, y también he buscado la tumba del pintor David Alan al que
enterraron vivo, como a tantos que sufrían catalepsia. Se dice que en el
momento en que tuvieron que cambiar de sitio los ataúdes por unas obras y por
el paso de una carretera, un alto porcentaje mostraba en el interior de la tapa
arañazos y marcas. La historia de este famoso pintor radica en la piedra tras su tumba. Dicen
que fue tanta su agonía que quedó marcada en la que sería su última obra. Miren, miren… y que tengan  buenas nochessssss!!