El sentido de nuestros dedos
Después de un año en que estrenamos la sesión “Dedos que cantan La Luna” en las Bibliotecas Municipales de Santa Cruz, este mes de septiembre volvemos con otras tres.
Hoy, en el TEA, ha sido la primera, y nos ha recordado por qué tiene sentido lo que hacemos y por qué queremos seguir trabajando juntas en este proyecto. ¿No es un gustazo sentir que lo que haces sirve y emociona?
Hemos creado una sesión que ha tenido en cuenta a una hermosa diversidad de personas adultas. Vinieron varias madres con discapacidad auditiva y la sesión fue interpretada en Lengua de Signos íntegramente.
Tuvimos en cuenta a infancia desde 3 meses a 4 años, de las cuales tres contaban con algún retraso en su desarrollo.
La mamá de una de estas niñas nos cuenta, al finalizar la sesión, emocionada, que su niña, de cuatro años y con un desarrollo madurativo de una niña de dos, ha vivido por primera vez una sesión de cuentos en la que se ha sentido incluida, ya no solo porque la sesión se correspondía a su edad de desarrollo y no cronológica, sino porque a los peques en esta sesión les permitimos, sencillamente, ser.
Les escuchamos con más atención aún si cabe, entendemos que necesiten moverse, adaptamos nuestro hacer a las necesidades que vayamos percibiendo, cambiamos los ritmos si es preciso. Así, es una sesión que pretendemos que sea fluida, accesible y feliz para todas las personas que vengan, independientemente de sus capacidades.
Este es nuestro objetivo y con cada sesión vamos aprendiendo y vamos ajustando. Esta mamá agradecida se sentía aliviada y feliz porque su hija ha podido disfrutar de una sesión sintiéndose respetada y no fuera de lugar.
Por otro lado, una de las mamás sordas se marchaba emocionada con el marcador de libros que les regalamos en el que, a través de un código QR, podría volver a ponerle a su hija las canciones y los títulos de las historias que hemos contado. También compró una lunita-sonajero de ganchillo de las que hemos empezado a vender en las sesiones, creadas por @papa_ganchillo. Esta mamá se ha sentido capaz de disfrutar plenamente una sesión con su hija, porque ha entendido todo, y además puede seguirla disfrutando en casa.
Cuando creamos este proyecto, esto era lo que teníamos en mente, lo que soñábamos, pero ver que tiene sentido, que se materializa y se hace palpable, que nos devuelven un feedback que se corresponde con lo imaginado, es un regalo de un valor incalculable.
Aún quedan varias sesiones este mes. Les invitamos a que, si tienen un niño o una niña de hasta 5 años con un desarrollo madurativo de menos de tres se apunten. Tendrán prioridad con respecto al resto de familias.
Pueden escribirnos si saben que van a venir y quieren compartir alguna adaptación especial que pudiéramos realizar con respecto a su peque. También pueden venir antes para conocer el espacio y que el niño o la niña tenga tiempo de adaptarse o de observar con calma los pictogramas que les ofrecemos antes de entrar.
Gracias de parte de Silvia Rumeu y mías, por acogernos, por compartirse, por ser de esa forma tan bella, por enseñarnos tanto.