La Lengua de Signos cuenta
A finales de este mes se celebra el Día Internacional de las personas sordas y he aprovechado mi participación mensual en el periódico Diario de Avisos gracias al equipo de Kidslife para escribir un artículo (siempre breve por cuestiones de espacio) sobre la Lengua de Signos Española (en adelante LSE), con la que desde hace más de 15 años tengo una relación muy especial. Aprovecho este espacio para compartir el artículo ampliando un poco lo escrito.
Estudiando magisterio tuve la suerte de conocer la LSE. Junto a mí en primera fila se sentaba una compañera sorda que requería un intérprete de LSE. Contó, a lo largo de los tres años de carrera, con dos intérpretes distintos que facilitaba el programa de Servicios Asistenciales de la Universidad de La Laguna, pero no todos los meses ni en todas las asignaturas los tenía (el servicio nunca se ha caracterizado por funcionar bien en sus condiciones ni para los intérpretes ni para las personas sordas).
El caso es que me enamoré de las manos del y de la intérprete, dos profesionales impresionantes; se me iban los ojos, en las explicaciones del docente, a la configuración de sus manos, a la expresión de su cara y a la de mi compañera, que entendía. Me acerqué a ella. Me animó a aprender.
Me di cuenta de que cuando ella no tenía intérprete, no podía seguir lo que estaba sucediendo en el aula, y aquello dolía como algo personal.
Aprendí entonces LSE a través de FASICAN (Federación de Asociaciones de Personas Sordas de las Islas Canarias), que ofrecía cursos dos tardes en semana en la Universidad. Aprendí por puro amor a la comunicación. Practicaba con mi compañera, echándole un cable dentro de mis limitaciones cuando no tenía intérprete y ayudándome de sus intérpretes para aprender más rápido.
Y claro, supe que no es una “lengua universal” y que cada una representa la cultura de su territorio geográfico. Que hay una lengua de Signos Española y otra Catalana, que el signo “azul” no es igual en Madrid, en Canarias y en Andalucía, al igual que muchos otros.
A lo largo de estos años he visto narradores sordos contando siendo interpretados para los oyentes o maestras en las aulas narrando de forma bimodal, es decir, adaptando la estructura de la LSE a la lengua oral y traduciendo casi palabra por palabra.
Y en todos los casos, desde siempre, me ha llamado la atención la fascinación con la que las personas oyentes lo reciben. Se lee sorpresa, admiración, curiosidad, divertimento.
Durante este tiempo, ya contando cuentos, ha sido una suerte narrar en muchas ocasiones junto a intérpretes de LSE que más que interpretar parecen dibujar en el aire las palabras y que tienen una sensibilidad especial a la hora de acercarse a la literatura y la narración oral, como Natasha Luzardo.
Recuerdo una sesión en la Feria del Libro de Santa Cruz, hace unos años, en la que un grupo de personas sordas se acercó y tuve el atrevimiento de intentar, mientras contaba, interpretar los signos de los animales protagonistas y de las acciones que recordaba para intentar una historia accesible. ¡Creo recordar que más o menos funcionó!
También he seguido con mucho cariño la propuesta escénica “CYRANAS”, coordinada por Omaira Afonso, en el que ella narraba y leía historias y diferentes intérpretes tomaban el protagonismo en la escena. Cada sesión contaba con un hilo conductor, un determinado atrezzo y juego con el público.
Por este viejo cariño y respeto hacia la LSE, desde hace tiempo, en mis sesiones de cuentos para público familiar y en los Bebecuentos, he ido incluyendo el uso de la LSE. Pero últimamente mucho más y mucho mejor gracias al fantástico trabajo que está llevando a cabo Silvia Rumeu y su equipo a través del proyecto “Signándole a la Infancia”, que pueden seguir en Facebook y Youtube.
Con ella, que ha conseguido incluir la LSE en las escuelas infantiles y que enseña a madres y padres a signar cuentos y canciones a sus bebés (cada mes hay una sesión en la Biblioteca Pública del Estado), he fortalecido la idea de que el aprendizaje de la LSE construye solidaridad a través de la inclusión y la comunicación ya no solo con personas sordas y con otro tipo de diversidad funcional (apraxia del habla, autismo o Síndrome de Down) sino también con la infancia en general. Es una lengua inclusiva y además visualmente atractiva, divertida, de fácil acceso y que favorece la ampliación de vocabulario, mejoras en la atención, discriminación visual y memoria espacial. Además, favorece las interacciones comunicativas tempranas en familia y el fortalecimiento del vínculo familiar y social. Recomiendo muchísimo que se acerquen a este proyecto.
Por otro lado, si apetece vivir de forma literaria la LSE, hay una experiencia que no nos podemos perder: La Manodriguera Literaria, un Club de Lectura en Lengua de Signos. Lo acoge la Biblioteca Municipal de La Laguna mensualmente desde 2018 y lo coordina Omaira Afonso, de la que hablé anteriormente. A este club pueden acudir personas usuarias de la LSE, ya sean nativas de la misma como cualquier persona que la haya aprendido como lengua con la que enriquecerse culturalmente y comunicarse. Actualmente lo disfrutan cada mes unas 20 personas y las puertas están abiertas si queremos unirnos; solo hay que escribir a omirabilia@gmail.com.
Quisiera aprovechar este espacio para hablar también de otra propuesta artística e inclusiva relacionada con la LSE: DANSIGN, un método creado y facilitado por Itahisa Pérez, basado en la fusión de diferentes estilos de baile con lengua de signos. A la hora de facilitar el aprendizaje de una coreografía, se enseñan signos de la lengua de signos correspondientes a la letra de la canción que se esté interpretando y, al mismo tiempo, se comparten signos pautados de forma visual, para facilitar directrices durante el baile compartido. A través de dicha metodología promueven el desarrollo de la atención visual, la memoria, habilidades creativas y expresivas, la coordinación motriz y manual, así como el aprendizaje de la lengua de signos y de los pasos de baile.
Por otro lado, comentarles que justo estos días la Asociación ASOCIDE ha iniciado una campaña llamada “Guiño a la sordoceguera”, que nos invita a apoyar a este colectivo enviando un “guiño” por whatsapp al teléfono 667 60 25 65. Cualquier acción que favorezca el conocimiento y la sensibilización de este colectivo es estupenda y les animo a participar.
En fin, celebremos la Lengua de Signos este mes y todos. Signemos a la infancia, contemos con las manos, fortalezcamos la solidaridad a través de la comunicación.
Por último, comentar que actualmente existen multitud de recursos didácticos y propuestas, pero hay que elegir bien. El respeto por la LSE parte del conocimiento y la experiencia de los profesionales que nos la acercan: intérpretes, mediadores comunicativos, personas sordas especialistas de lengua de signos que cuentan con los conocimientos, la sensibilidad y la profesionalidad que necesitamos para aprender. No todo vale y no todas las propuestas están avaladas por las Federaciones y Fundaciones que trabajan con personas sordas.
Para ir terminando, aquí les dejo una gran cantidad de LIBROS Y RECURSOS DIGITALES para fomentar el acercamiento a la LSE y su conocimiento:
LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA PARA BEBÉS. Funcasor.
El libro contiene dos canciones, dos cuentos y vocabulario que está dividido en 24 categorías (animales, comida, el cuerpo, emociones, etc.). Los juegos, las canciones y los cuentos son herramientas que facilitan el proceso de aprendizaje y cautivan la atención de los más pequeños. En cada página podemos encontrar el dibujo que ilustra la palabra, un código QR y la palabra dibujada con el diccionario dactilológico.
APP “TE CUENTO”
Es una aplicación creada por la Fundación CNSE, disponible para Android, pensada para personas sordas que permite reproducir libros traducidos a la LSE. Se presenta como una biblioteca virtual en la que se han ido incorporando paulatinamente diferentes ediciones de cuentos.
SIGNACUENTOS. Editorial Carambuco.
Editorial que lleva a cabo la edición de cuentos adaptados a la Lengua de Signos. Los libros incluyen un DVD con la historia signada, así como una traducción de las palabras a sus signos presentada a través de iconos en LSE. Cuenta con una web, www.signacuentos.com donde, además, enlazan muchísimos recursos (materiales y actividades) para profundizar en los libros y las historias.
WWW.CUENTAMUNDOS.COM
La Fundación CNSE y Animaula presentan cuatro DVD de la colección Cuentamundos traducidos a LSE. Se trata de una selección de cuentos animados dirigidos a niños y niñas de 3 a 7 años, con los que se pretende trasladar a la infancia valores como la interculturalidad, la paz, la tolerancia o el respeto al medio ambiente. Ofrece relatos procedentes de Rusia, China, Hungría y Canadá. Son cortos animados de gran originalidad en los que los personajes y los decorados están realizados mediante técnicas como la plastilina, los recortables, los muñecos o las acuarelas, lo que los convierte en verdaderas obras de arte.
En la web www.mihijosordo.org también ofrecen posibilidades de recursos/ materiales que pueden ser interesantes. El enlace directo a esa sección: http://www.mihijosordo.org/materiales.php
La biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, que ofrece una gran cantidad de material de Literatura Oral y Escrita a través de Vídeos Signados.
UNA VARITA MÁGICA PARA DULCE. María J. Cuesta. Editado por Asociación de Personas Sordociegas de España.
Sobre el libro, cuentan en la web de FASOCIDE que Dulce tiene orejas de mariposa, ojos de tul y sonrisa de silencio, que es una niña sordociega sobre la que aprenderemos su mágica relación con el mundo. El objetivo de este libro es que la infancia conozca esta discapacidad y el bastón rojo y blanco que la identifica, contribuyendo, además, con su venta, a la mejora de la calidad de las personas sordociegas.
ÓYEME CON LOS OJOS. Gloria Cecilia Díaz y Chata Lucini. Editorial Anaya.
Novela juvenil sobre Horacio, un niño sordo, curioso y atento, que desea conocer la extraña casa de su vecina, Beatriz, una señora seria y ocupada que rechaza a las personas que son diferentes.
ACÉRCATE. Patricia Arredondo y Miguel Zamora, Tramuntana editorial.
Cuento infantil que narra la historia de Mateo, un niño que tiene la boca en las manos y los oídos en los ojos.
Un corto que hizo la Federación de personas sordas de la Comunitat Valenciana (Fesord). En la historia se cuentan las vivencias de un grupo de niños sordos signantes y cómo se enfrenta el protagonista a la idea de “barreras de comunicación” e intenta derribarlas junto con sus amigos.