Lectura recomendable: CAMA Y CUENTO
Título: “Cama y cuento” Autor: Gonzalo Moure Ilustradora: Lucía Serrano Año: 2010 Editorial: Anaya Colección: Sopa de libros Páginas: 69 A Malva lo que más le gusta es que su madre le cuente cuentos en la cama. Para ellas, las palabras “Cama y cuento” son la puerta que se abre hacia un mundo de magia, de intimidad, de cercanía. Malva sueña gracias a los cuentos que inventa su mamá, y vive esperando que llegue ese momento del día. Sin embargo, desde que aprendió a leer, se le acabó la suerte: su madre se empeñó en que ya podía leer los cuentos ella sola porque era mayor. Y de esta manera, decidida y hermética, se negó a contarle ninguna historia más pese a las insistencias diarias de la niña, que eran respondidas siempre con excusas más bien poco creativas. Hasta que un día, Malva se cansa y decide llevar a cabo un plan para que sus padres se preocupen de nuevo por sus cuentos. Su objetivo es volver a soñar, y no parará hasta que lo consiga. Gonzalo Moure es Valenciano de nacimiento y Asturiano de residencia. Ha publicado, entre otros, “Los caballos de mi tío” o “Palabras de Caramelo”. Dedica el libro a Ballobar, un municipio de Huesca al que llama “la patria chica de la lectura”. En una breve entrevista que se incluye al final del libro, cuenta que la protagonista de la historia está basada en una niña real, Olga, de este pueblo, que un día, con lágrimas en los ojos, le dijo que últimamente no le leían cuentos en la cama. Comenta que este libro no es solamente para niños. Es para todos. “Es una forma de escribir sin edad, de proponer, de “tocar” el violín interior de cada corazón.” Lucía Serrano es la ilustradora, que de un modo deliciosamente acertado ha completado y recreado la historia de Malva. El libro contiene once ilustraciones, y uno se pasa el texto esperando a que aparezcan, ya que no hay en todas las páginas. Es dulce y enternecedora sin ñoñerías ni cursiladas. Perfecta, cuidando los pequeños detalles y jugando, vertiéndose en colores. El libro, recomendado para mayores de ocho años, puede ser, en mi opinión, leído desde los seis. La tipografía es grande, las estructuras sintácticas sencillas y la temática cercana.