De las mejores cosas que tiene la FERIA DEL
LIBRO
del Festival del cuento de Los Silos, es que hay un acogedor rincón de
lectura
en el que puedes leer los libros que están a la venta durante el tiempo
que quieras. Allí se reúnen familias enteras o se esconden niños solitarios
para entregarse a los libros. Este año me llamó la atención el último de BRIAN
SELZNICK
. Estaba a la venta junto a LA INVENCION DE HUGO CABRET. No lo conocía
y decidí curiosear. Y allí me planté entre los cojines durante un par de
maravillosas horas, devorándolo.
Hablar del libro es redundar sin remedio: se
titula MARAVILLAS, está editado por SM. Hace unos meses reseñé LA INVENCIÓN DE HUGO y comentaba que era
una novela narrada con palabras e ilustraciones, es decir, que las
ilustraciones también narran la historia de un modo paralelo al texto. Es una
forma novedosa de ilustrar, ya que normalmente existen novelas ilustradas,
libros ilustrados o libros sin ilustración, pero en este caso se trata de una
mezcla entre texto narrativo e imagen narrativa, de modo que el texto no se ilustra
y la imagen no se escribe
y ambos llevan a cabo una conjunción paralela que
recuerda, en su parte ilustrada, al visionado de una película y en su parte
textual, a un libro normal.


El
libro cuenta la historia de dos niños, con cincuenta años de diferencia entre
uno y otro. La historia de Rose es contada a través de las imágenes y comienza
en 1927 en Nueva Yersey y la de Ben es la que narra el texto, y sucede en 1977
en Minessota.

La
historia de ambos va desarrollándose de un modo inconexo durante más de medio
libro. Sin embargo, aunque no comprendes quién es esa niña de las imágenes,
sabes que lo entenderás en algún momento y sospechas que en algún punto
confluirán ambas historias. Esa certeza te mantiene en vilo durante el
transcurrir de las páginas, hasta que las piezas van encajando de un modo
brillante y conmovedor.

La
ambientación, maravillosamente trabajada y cuidada, será especialmente
detallada en lo que se refiere al Museo Americano de Historia Natural de Nueva
York
. El trabajo de documentación del autor es notable, y su sensibilidad para
aunar todos los datos en una historia coherente y llena de significado es digna
de mención.


De nuevo es un
libro cinematográfico, que uno imagina sin problemas en la gran pantalla.
Imagino que así será dentro de no mucho, como sucedió con La Invención de Hugo.

Recomiendo
muchísimo su lectura, ya que, para no hacer spolier, he omitido datos
interesantísimos sobre el desarrollo de la historia, que, solo por dejarles con
la miel en los labios, diré que tiene que ver con un rayo (la portada tiene
absoluto sentido) y la comunicación en lengua de signos.

En fin, un regalo
haberlo podido leer. No se asusten cuando vean sus 638 páginas. La cuidada
edición y la gran cantidad de ilustraciones favorece muchísimo que uno se lo “coma
en dos patadas”.

Disfruten.