Hoy quiero compartir la introducción de Eugenia Rico, escritora española, en “Saber narrar en literatura”, un archivo que pueden leer PINCHANDO AQUÍ si les interesa. 

“Hay
muchas maneras de matar a un hombre pero una de las más terribles es no dejarlo
dormir.
Se
muere no porque no pueda descansar sino porque no puede soñar.
Y se
muere antes de hambre de sueños que de hambre de pan. La sed de sueños nos mata
casi tan rápido como la sed de agua.
Una
persona torturada así, y por desgracia esto se ha usado a menudo como
método de tortura, en cuanto tiene un momento de reposo cierra los ojos
y se duerme al instante. Comienza a soñar y sus  párpados tiemblan como mariposas aterradas:
es la fase REM.
Nuestra
mente no puede soportar la realidad sin los sueños. Las sociedades no son
diferentes: necesitamos artistas que  sueñen
el sueño de los pueblos.
Algunos
sueños como el cine nos los dan hechos. Vamos al  cine a ver el Sueño de Otro. Como lo
soñó otro.
La
literatura siempre existirá porque con los libros, con los  cuentos, con las novelas, los ensayos y los
artículos (a los que por supuesto considero un género literario y uno de
los más interesantes) cada uno sueña su propio sueño. Yo soy el guionista que
escribe un guion para que tú, lector, seas el director de tu propia película,
para que hagas el casting, escojas la actriz que quieras para la pelirroja de
Aunque seamos malditas. (¿Nicole Kidman o Julianne Moore?). Para que tú
pongas la música y el tempo y hagas el montaje final.
Por
eso, cuando ves primero la película, a menudo te gusta más el libro, pero
cuando lees primero el libro la película casisiempre te decepciona. El libro
era tuyo y tú ya lo habías rodado en tu interior.
Soy
conocida por haber desarrollado la literatura interactiva o participada
pero en realidad toda literatura es interactiva o participada. En mis
novelas el verdadero detective es el lector.Pero es que el lector es el
verdadero protagonista de todas las historias.
Ningún
videojuego se puede comparar con el dominio de la historia que tiene mi lector:
porque un cuento es el único lugar donde dos personas que no se conocen, que
jamás se han visto pueden encontrarse en la más pavorosa intimidad: el autor
y el lector se reúnen para celebrar una ceremonia secreta al término de la
cual una historia que pudo no ocurrir jamás seguirá desarrollándose para
siempre en la mente del lector.
Ése es
el pequeño gran milagro por el que merece la pena escribir ficción aun cuando
si quieres ganar dinero sería más recomendable escribir libros de cocina,
manuales de autoayuda o simplemente no escribir.
Y, sin
embargo, nada puede compararse a este oficio y éste es el oficio más
antiguo del mundo, el oficio de Sherezade, con el que salvó su vida y la
de las demás doncellas amenazadas por un psicópata. Es bueno recordarlo porque
así es cómo debería escribir siempre un autor: como si le fuera la vida en
ello. Del mismo modo en que han sido escritos los grandes relatos de la
historia porque, como nos enseña Rilke en Cartas a un joven poeta, sólo
deberíamos escribir si sentimos que es la única forma posible para nosotros de
estar en el mundo.
En ese
sentido cualquier escritor no escribe para vivir sino para sobrevivir.
Y
recuerda mis palabras: la buena literatura da miedo al que la escribe y al
que la lee.
No
tengas miedo.”