Les contaba en la entrada anterior que, cuando nació mi pequeña sobrina Inés, (en realidad, desde que llevaba poco tiempo en la panza) preparé una selección de libros especialmente pensados para ella y su mamá. Para que fueran sus primeros textos, los que escuchara desde la barriga, los que tocara cuando llegara al mundo, los que chupará y morderá dentro de unos meses.

Me acordé entonces de Nancy Pozo y sus libros de tela y no pude evitarlo: le hice un pedido para llevarlo al hospital el día que naciera y que fuera su primer regalo.