Tengo dos sobrinas de 3 años que, cada vez que entran por la puerta de casa, dicen: ¡INSTRUMENTOS MUSICALES! o… ¡VAMOS A TOCAR!

Como niñas que son, les apasiona el descubrimiento. Las llevo a la caja de los instrumentos y ellas eligen cuáles prefieren para jugar ese día. Lo cierto es que hay mucho donde escoger. Sacan todo, seleccionan y nos los llevamos a la zona de juego.

Les gustan mucho los libros y las canciones, así que mi tiempo con ellas es una fiesta. Seleccionan de unas estanterías que tengo pegadas al suelo (libros para 0 a 3 años principalmente) los que prefieren y vamos alternando contar, cantar y tocar.

Hoy les presento algunos instrumentos que siempre escogen, los que repiten y nunca fallan, y un libro con el que hace unos días disfrutamos mucho.

LAS CAMPANAS Y METALONOTAS

Las campanas se venden en múltiples y variados formatos. Yo tengo tres o cuatro distintos y este es uno muy accesible a esta edad. Antes suelen generar dificultades porque el desarrollo de la coordinación óculo manual no está tan avanzado y, utlilizando una baqueta, les cuesta golpear justo en la parte de la campana o la pieza para que pueda vibrar adecuadamente y sonar.

Ahora cada vez lo van haciendo mejor y lo disfrutan más y durante más tiempo.

Estas dos marcas, (Janod y Ekids) siguen el mismo código de colores y jugamos a tocar las mismas notas/colores en los diferentes instrumentos.

LA PEQUEÑA PERCUSIÓN

La cantidad de instrumentos de pequeña percusión que están a nuestro alcance y pueden conseguirse fácilmente (o fabricarse en casa) es innumerable. En otras entradas mostraré muchos que suelen funcionar de maravilla con los más pequeños. Con 3 años, estas chicas escogen siempre los huevos maraca, (dos cada una), la rana de madera, y lo que encuentren que les sea llamativo y suene al agitarlo. En este caso, la maraca de rafia y la pulsera batidora de semillas.

“LAS FRUTAS”

Dentro de la pequeña percusión debo incluir estas tres frutas de la marca Preschool de las que me enamoré. Son una manzana-castañuela, un plátano-flauta (silbato) y una pera-güiro. La pera y el plátano vienen con una piel de tela aterciopelada que ha de pelarse para descubrir el instrumento. Son realmente bonitos y les atrae mucho su formato.

LA FLAUTA DE ÉMBOLO

¡Qué descubrimiento! ¡Y qué buen ejercicio para controlar la respiración! Pensaban que era una flauta normal y corriente pero cuando descubrieron sus efectos sonoros y que, además, podía trabajarse en equipo (una soplaba y la otra tiraba de la lengüeta amarilla), la diversión estuvo asegurada.

EL TAMBOR O LA PANDERETA

Están enamoradas, como yo, de este hermoso tambor de Rancho de Ánimas que aúna pandereta, cascabeles, campanas y tambor. Normalmente los que suelo poner a su alcance son tambores y panderetas pequeños y accesibles fácilmente a sus manos con los que puedan tocar mejor. Son instrumentos que les sirven muy bien para acompañar con ritmo las canciones que quieren cantar.

EL PIANO

Tengo un piano eléctrico de tamaño real y es un instrumento fantástico para que experimenten. Tocan con el puño cerrado, mano abierta, tres dedos en una tecla, un dedo por tecla, con las dos manos a la vez, a cuatro manos… en fin: una fiesta para el descubrimiento.

EL LIBRO: Tralalí, de Benjamin Chaud editado por Kókinos.

Lo cogieron al azar y resultó ser el elegido de la tarde, sin casi competencia. Un libro perfecto para ser acompañado por el despliegue de instrumentos que teníamos delante.

En el libro, distintos animales van apareciendo acompañados por un sonido o ruido (aparece escrito con onomatopeya) y algún instrumento (se ve en la ilustración). Tiene estructura acumulativa, y según va avanzando, más y más animales se van uniendo a la fila/orquesta y van incorporándose a la narración nuevos sonidos. La primera vez que lo conté no tocaron nada pero la segunda vez fuimos acompañando la narración con los instrumentos que ellas iban escogiendo.

El libro tiene un CD, no paraban de insistir para escucharlo y disfrutamos de las dos canciones que aparecen: una fanfarria y una nana. Cuando sonó la fanfarria por segunda vez ellas también tocaron, buscando a veces la relación entre los sonidos que aparecían en la pieza y los de los instrumentos que tenían delante.

Otro día les cuento más sobre otros libros e instrumentos con los que lo pasamos en grande y que suelo utilizar en algunas sesiones de cuentos para bebés y familias y, para, como pueden ver, pases privados con sobrinas, jeje.

¡Hasta pronto con más música!