Reseñando: La leyenda del rey errante
La leyenda del Rey Errante (Laura Gallego García, 2002) Madrid, SM.
La leyenda del Rey Errante (Laura Gallego García, 2002) Madrid, SM.
CULTURA VERSUS INDUSTRIA CULTURAL
La cultura se ha revelado como creadora de empleo joven y estable, con una mayor implicación en el medio local y con fuerte resistencia a la crisis, incluso por encima de la media del resto de los sectores de la economía tradicional.
Entonces, ¿por qué la mayoría de las administraciones públicas están reduciendo las inversiones, subvenciones y contrataciones en cultura?
Y sobre todo, ¿por qué la mayoría de la población ve con buenos ojos estas reducciones o se queda indiferente?
Para comenzar a dar respuestas a estas preguntas, considero que es importante remontarnos un poco en el tiempo.
EL NEW DEAL Y LA GENERALIZACIÓN DE LA CULTURA
Tras la crisis del 29 y sus negativas consecuencia sociales, se impuso un nuevo modelo económico, laboral y de relaciones sociales. Dicho modelo presentaba, entre otras, las siguientes características:
– Generalización de la economía del bienestar
– Desarrollo de políticas de equidad (el principio de la igualdad de oportunidades)
– Acceso de la mayoría de la población a la sanidad, la educación y la cultura
– Nuevo modelo de relaciones laborales y de formación de los trabajadores
– La economía productiva es el fundamento del desarrollo
– El Estado se configura como garante de este nuevo modelo
En estos años se extendió la idea de que existían una serie de actividades que debían ser garantizadas por el Estado como una forma de compromiso social fundamental: la sanidad, la educación y la cultura. Estas actividades se consideraba que estaban excluidas del mercado, o al menos que éste sería minoritario, y una especie de bien de lujo para algunos elementos sociales. Así, en Sanidad se consideraba que un seguro médico era un lujo para un pequeño grupo social que quería un mejor trato hostelero, la educación privada era una forma arcaica de segregación social y preservación de privilegios y determinadas fórmulas culturales (como la ópera…) una rareza de minorías esnobs.
LA NUEVA SOCIEDAD Y LA CULTURA
A lo largo de buena parte del siglo XX este nuevo modelo económico y social ha ido configurando nuestro marco de vida. En el caso de Europa ya se partía de un principio de Estado central protector, lo que reforzó de forma importante el modelo, imponiéndose gracias a ello algunos principios fundamentales en lo que se refería a cultura y educación:
– Apoyo al incremento de las becas de estudios
– Apoyo al incremento de los fondos destinados a cultura
– Generalización de la educación primaria e incremento del acceso a la educación secundaria y universitaria
– Convencimiento de que mayor cultura y educación permite un mayor desarrollo personal y mejores oportunidades de empleo.
– Prestigio de la cultura como desarrollo personal y mayor felicidad individual
– Prestigio de los artistas y/o trabajadores de la cultura
– Mayor dotación de infraestructuras para la cultura (Reforma de teatros, construcción de centros culturales y cívicos, dotación de centros multiusos…)
Por ejemplo, en los años 70, para la UNESCO, la definición de la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.
LOS CAMBIOS ECONÓMICOS Y CULTURALES DE FINALES DE LOS 90
Con la crisis de los noventa, “el llamado efecto tequila”, este contrato social se comenzó a resquebrajar. Retornaron con fuerza las ideas liberales. La desaparición de contra-modelos (caída de los países de economía centralizada) y la pérdida ideológica de la socialdemocracia (es cuando aparece la llamada “tercera vía” de los laboristas ingleses, que en realidad es una ideología liberal con tintes asistenciales) generaron la sensación de que la única vía para crecer y hacerlo de forma equilibrada era por medio de la medidas económicas y sociales que predicaba el neo-liberalismo económico. Esta idea caló en la mayoría de países y dirigentes políticos (incluso entre la llamada izquierda), y la mayoría de la doctrina económica se apuntó a esta ortodoxia. Los que no aceptábamos este cambio de paradigma fuimos tildados de “heterodoxos” (y en palabras de algunos dirigentes políticos, como Solchaga, que se supone que era socialista, de peligrosos).
La imposición de este pensamiento económico provocó un cambio en la realidad social en los años que siguieron:
– Se impuso el principio de la “rentabilidad económica de las decisiones”
– El mercado se pone en el centro de la sociedad y será el responsable de dar respuesta a todas las necesidades de la sociedad. La “mano invisible”: lo que no es rentable económicamente se pone en duda.
– Se abandona la política de equidad y se plantea la política de reducción de la pobreza. Ya no se trata de “igualdad de oportunidades” sino de acumular riqueza por parte de un reducido grupo de personas para que se invierta más y evitar los desequilibrios del mercado y por medio de políticas asistenciales.
– La sanidad, la educación y la cultura, entran dentro del mercado como una mercancía más. Comienza una campaña de desprestigio y acoso a estas instituciones.
– Retroceso en las relaciones laborales
– La económica financiera y especulativa es la base de crecimiento. Se liberalizan todas las formas de transacciones financieras, los productos financieros creen y se diversifican sin ninguna seguridad (el mercado lo corregirá todo, dicen los economistas ortodoxos). Se relaja la lucha contra los paraísos fiscales.
– El Estado debe limitarse a ser corrector y evitar intervenir en la economía y la sociedad. Se ponen en entredicho todos los programas denominados sociales.
– El déficit público es negativo. Se supone que el Estado no sabe invertir y que solo la iniciativa privada sabe invertir con criterio, cualquier retirada de fondos del sistema privado es ineficiente. Por ello hay que limitar la “voracidad impositiva” del Estado y conseguir que se disminuya la carga impositiva, especialmente a los más ricos, que son los que tienen mayor capacidad de acumulación de fondos y por tanto de inversión.
– La lucha se desplaza a limitar el incremento de los precios (la llamada inflación) ya que eso sería demostrativo de un “calentamiento de la economía”, pero se carga toda la responsabilidad de ese incremento en los salarios (mayor dinero en la nómina, mayor consumo, precios más altos), pero no se dice nada de los beneficios empresariales, ya que los economistas ortodoxos afirman que estos invierten la mayoría de los beneficios.
Es estos momentos comienza a aparecer la expresión “Industria Cultural”, que se podría definir como el conjunto de empresas e instituciones cuya principal actividad económica es la producción de cultura con fines lucrativos. Comienza a extenderse la idea de que la cultura también es un negocio y que,, por tanto debería ser rentable y sus resultados, cuantificables y comparables. Y en el caso de que la “actividad cultural” no sea rentable o cuantificable, debe ser cuestionada, cambiada o replanteada. Solo en algunos casos se admite la “cultura” residual o asistencial.
Paralelamente se extiende un concepto de cultura espectáculo, vincula a la televisión basura y la cultura escaparate de grandes producciones y eventos.
Superada la crisis, durante algunos años, gracias a un crecimiento especulativo y la aportación de los países emergentes (en especial China), las tasas de crecimiento son muy altas, lo que hace que este pensamiento se vea justificado y se imponga como “pensamiento único”. En estos momentos aparece el llamado “capitalismo popular”: todos pueden participar de este banquete de riqueza, la gente comienza a especular en bolsa, en vivienda, se vive a crédito… Parece que no hay límite para el crecimiento de la riqueza y que ésta alcanza a todos.
La moral que se impone es la del pelotazo, “tonto el que no se aproveche”, hasta la cultura se contagia de este planteamiento y comienzan a realizarse montajes grandiosos sin justificación, inversiones faraónicas en infraestructuras, grandes centros cívicos, se conceden proyectos y subvenciones sin criterio, claro que esto es solo para agentes culturales próximos al poder, para el resto de la cultura se exige la rentabilidad ante todo.
En este ambiente, los principios de percepción que se referían a educación y cultura comenzaron a cambiar:
– La educación ya no se considera un mecanismo seguro para conseguir una mejora económica o social, incluso en algunos casos se considera una rémora.
– La educación se orienta hacia las “actividades rentables” y vinculadas a la economía especulativa.
– La cultura se trasforma en un elemento de élite y se distancia de la población: Cultura / Espectáculo. Ésta comienza a ver la cultura con mirada negativa.
– Las autoridades públicas y económicas comienzan a valorar el apoyo a las actividades culturales en función de las rentabilidades económicas, políticas o publicitarias que éstas reporten.
– Desprestigio de artistas y sus organizaciones representativas.
Lo peor de todo es que la mayoría del sector cultural se dejó seducir por estos cantos de sirena y entró de lleno en este concepto de “Industria Cultural”. Y lo hizo a lo grande. Todos lo hicimos a lo grande.
EN UN PAR DE DÍAS:
LOS ERRORES DEL SECTOR CULTURAL O “ADORANDO AL BECERRO DE ORO”
http://www.sierraifabra.com/Tengo la suerte de ser alumna del VI Máster de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil que organiza el CEPLI (Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil) de la Universidad de Castilla La Mancha, y hoy he tenido la oportunidad de ver desde el salón de mi casa, a través del ordenador, una conferencia organizada por algunos profesores del Máster a cargo de Jordi Sierra i Fabra. Gran parte de mis años de secundaria los pasé en la biblioteca de mi colegio, y fueron muchos los libros de Jordi que leí entonces. No sabía en aquel momento que era tan prolífico: más de 400 libros escritos hasta hoy, innumerables premios, algunos ganados por segunda y tercera vez, traducido a más de 25 idiomas y el único autor español vivo dedicado a la literatura infantil y Juvenil que forma parte de los 10 autores más leídos en los institutos de España. Todo un logro para un hombre de sesenta y poco que ama su profesión y que sabe lo que quiere y vive única y exclusivamente para escribir. La pasión que transmite por lo que hace se plasma desde que se le hace una pregunta. No duda, no piensa: se lanza a hablar, con la misma velocidad y agilidad con que escribe sus libros. Vomita sus ideas, es franco, directo, sencillo. Nos habló de su tartamudez, de su infancia, de cómo a los doce años escribió un libro de 500 páginas para demostrarse que podía hacerlo bien. Comentó cómo su padre le había tratado de quitar de la cabeza las ideas de ser escritor, cómo empezó a trabajar escribiendo para revistas musicales hasta que, años después, se dedicó únicamente a la literatura. Me llamó mucho la atención encontrarme ante un hombre que valora plenamente sus habilidades: “escribo bien y lo hago rápido, en ocasiones, veo ante mí el libro terminado antes de escribirlo, y, en cuatro días, lo tengo”, pero sin sentirse por encima de nadie, abriéndose al mundo, permitiendo entrevistas, acudiendo a donde le invitan para hablar de lo que más le apasiona, escuchando, ofreciéndose. Y, sobre todo, me encantó su respuesta cuando le preguntaron: “¿Qué se siente al ser tan valorado, contar con tantos premios, tantas traducciones, tantos libros…”. Él, dudando solo un instante, contestó: “Yo solo quiero ser feliz, solo quiero escribir. Que después lleguen todas esas cosas… es maravilloso, pero yo escribo porque me hace feliz”. Al cuestionarle sobre sus preferencias personales, (descubrimos que le encanta el chocolate negro con trocitos de cacao y la pasta italiana), le preguntaron qué le gustaba hacer en su tiempo libre, a lo que respondió que él no tenía tiempo libre, que su tiempo libre era escribir, y su tiempo en general era escribir… y luego estaban los viajes, y el cine, y la música… pero que escribir lo englobaba todo porque las ideas manan de todos sitios y todo el tiempo. Y que si tenemos tiempo libre es porque tal vez no hagamos lo que nos gusta. Que él no lo tenía porque su tiempo era libre siempre y nunca a la vez.Esclarecedor. En fin, ha sido para mí un regalo poder disfrutar de sus palabras y su pasión por la profesión esta tarde, y espero que no sea la última vez.Les invito a que le conozcan. Sus libros, realistas y de temática social, suelen ser acogidos fervientemente entre el público joven. Por cercanos. Por posibles. Por vivos.
Como prometí, aquí les dejo el segundo artículo de los que Carles García está escribiendo sobre la situación actual de la cultura y la economía.Hoy… “LA CULTURA COMO GENERADORA DE EMPLEO Y RIQUEZA”1- LOS YACIMIENTOS DE EMPLEO En el año 1993, la Comisión Europea editó el documento: “Crecimiento, competitividad y empleo. Retos y pistas para entrar en el siglo XXI”, conocido como “Libro Blanco de Delors”, que definió los Nuevos Yacimientos de Empleo como “aquellas actividades con mejores perspectivas de generación de empleo en la actualidad y de cara a un futuro próximo.” Dichos yacimientos eran en muy diversos campos, pero ciñéndonos a cultura, educación y empleos relacionados, podíamos encontrar: – Restauración (demanda de artesanos cualificados)
– Creación de centros culturales (artistas, conservadores,…)
– Difusión de la cultura (acogida, guías, científicos, técnicos, editores,…)
– Oferta cotidiana y mantenimiento (vigilantes, gestores de flujos turísticos,…)
– Desarrollo cultural local
– Potenciación de la cultura popular: potencial endógeno; vinculación entre revalorización, mantenimiento, transmisión, difusión conservación; papel local y vinculación con turismo cultural
– Expansión multimedia de los proyectos culturales
– Educación Infantil
– Escuelas de Ocio
– Artistas
Como podemos ver, en estos yacimientos de empleo se podría englobar la palabra cultura con mayúsculas. Dicho informe se había redactado sobre la base de estudios estadísticos, series económicas y paneles de expertos. Y aconsejaban a las administraciones públicas que apoyaran el desarrollo de este tipo de actividades por presentar algunas características fundamentales para un crecimiento adecuado y firme. 2. CARACTERíSTICAS DE LAS ACTIVIDADES ECONOMICAS DE CULTURA
La actividad económica relacionada con la cultura presenta unas características únicas y particulares en relación con el conjunto de la economía, entre las que cabe destacar: – Responden a necesidades sociales no cubiertas por el mercado de las grandes empresas
– Suelen ser fruto de emprendedores y en muchas ocasiones adoptan la fórmula de economía social
– Son generadoras netas de empleo
– Crean ese empleo en sectores jóvenes
– La creación de empleo es lenta, pero constante y es un empleo de calidad
– Su vinculación con lo local es muy amplio, por lo que su resistencia ante la crisis es alta
– Generan sinergias positivas en el entorno donde se instalan
– Son especialmente importantes para el desarrollo de otras actividades de gran fuerza de crecimiento (Turismo Cultural, Educación de Infancia…) 3. LA EVOLUCIÓN DE LOS NUEVOS YACIMIENTOS DE EMPLEO Se podría pensar que con el paso de los años y la llegada de la crisis, esos yacimientos de empleo cambiarían, pero si observamos diversos estudios realizados en los últimos años: – Mayo 2010. INFORME SANTA LUCIA 2020. Realizado por el Ayuntamiento de Santa Lucia. Canarias
– 2010. Observatorio Canario del Empleo y la Formación Profesional (OBECAN).
– Junio 2008. INFOEMPLEO. Informe Horizonte 2010
– Febrero 2009. Informe Empleo. Junta de Andalucía Y si realizamos un seguimiento de las líneas de ayudas generadas por el Fondo Social Europeo, de la Comisión Europea y en general las normativas que durante estos últimos años han publicado las diferentes comunidades autónomas, con fondos cofinanciados (Castilla La Mancha, Castilla y León, Canarias…) vemos que se sigue hablando y recogiendo como elementos fundamentales de creación de empleo y desarrollo local, los yacimientos de empleo comentados y, en especial, los relacionados con Ecología, Turismo y Cultura.
Pero si comprobamos los datos del Instituto Nacional de Estadística y los diferentes estudios realizados sobre el mercado del trabajo por la Universidad Pompeu y Fabra de Barcelona y el Ministerio de Trabajo, podemos observar que los nuevos yacimientos de empleo continúan siendo una alternativa económica y laboral muy fiable: – La creación de empleo, porcentual y media, en estos cinco últimos años, de la economía de cultura, turismo y educación (CTE), es más del doble que la de la economía clásica
– Los empleados y autoempleados en la CTE es cinco años menor, de media, que en la economía clásica
– Los emprendedores y la Economía Social son tres veces más, porcentual y media, en la CTE, que en la economía clásica
– La desaparición de autónomos y empresas en los CTE, es menor (solo un 7 %, pero significativo) que en el resto de la economía
– La destrucción de empleo en los CTE, en estos tres últimos años, está siendo un veinte por ciento menos que en el resto de la economía.
4. LA MIOPíA POLíTICA La realidad es que a pesar de los datos de que se disponen, de las ayudas financieras que otorga el Fondo Social Europeo y de todos los informes y comentarios de expertos, los fondos dedicados (sea a ayudas, contratación o gestión) a actividades culturales, educativas y de turismo local, han ido disminuyendo progresivamente en estos años. Podemos tomar el ejemplo de Canarias: una reducción en los presupuestos de cultura del 40 % en 2010 y del 60 % en 2011), pero es un caso generalizado y podríamos verlo de otras comunidades. Hemos puesto esta comunidad por ser contradictoria con los informes que ella misma emite. Pero también se está dando otro caso, como en Castilla La Mancha, donde los importes del Fondo Social Europeo se están destinando a determinados yacimientos de empleo, de donde se excluye claramente a la cultura y a la educación.
¿Cómo es posible que una actividad económica que es generadora neta de empleo, en un momento que tenemos un paro como el actual, y que resiste mejor la crisis que otros sectores económicos, este siendo condenada a la desaparición o a una existencia precaria? Esta es la pregunta fundamental y las respuestas es lo que intentaré plantear a lo largo de mis artículos.DENTRO DE DOS DÍAS:
¿INDUSTRIA DE LA CULTURA o CULTURA COMO ACTIVIDAD ECONÓMICA?
Tengo la suerte de tener contacto frecuente con Carles García Domingo, economista, narrador, amante hasta la médula de los buenos vinos y excelente conversador. En fin, una persona de esas a las que merece la pena conocer. Cuenta cuentas y cuentos, y como corren malos tiempos para la lírica, estos días se ha puesto a las cuentas y, haciendo cálculos, esta crisis económica y los recortes de cultura le han dado para contar mucho. Iré colgando en el blog los diferentes “artículos” en los que plasme sus reflexiones sobre la cultura y la crisis económica, con la finalidad de que compartamos y mareemos la perdiz todo lo que podamos, para que nos mareen a nosotros lo justo. A continuación, su primer artículo: LA MIOPÍA DE LAS ADMINISTRACIONES Y PODERES PÚBLICOS Los economistas y gestores ortodoxos han conseguido imponer las tesis de que la responsabilidad de la crisis está en los “enormes” déficits públicos. Parece que la culpa de la crisis es nuestra por “haber vivido por encima de nuestras posibilidades”, en palabras de muchos políticos. Se olvidan convenientemente de que la crisis está generada por otras razones: – Crisis financiera, debida a la creación de inversiones sucias y una operatoria de riesgo y delictiva.
– Especulación desbocada
– Un modelo productivo basado en industrias cíclicas o de corto desarrollo (ladrillo…)
– Reducción de impuestos y tasas a las mayores rentas
– Abandono de las políticas de equidad por políticas de reducción de pobreza
– Nula lucha contra el fraude y los paraísos fiscales Y podríamos seguir con una lista muy larga. Pero no es el motivo que ahora nos ocupa. Lo cierto es que esas políticas han producido una crisis que está reduciendo los ingresos de las administraciones de toda Europa, e incrementando su endeudamiento. Ahora las preguntas que nos deberíamos hacer son:
– ¿Cómo reducir ese déficit? ¿En qué actividades y sectores hay que recortar?
– ¿En que cuantía debe reducirse?
– ¿Es el momento de reducir ese déficit? Este debate se está planteando desde hace tiempo. Y los que han extendido la equivocada idea de que la crisis la está generando el déficit, plantean también unas propuestas erróneas para acabar con él. Y decimos erróneas y equivocadas, pero podemos cambiar estar palabras por “ideológicas” o “interesadas económicamente”. Entre esas ideas “equivocadas” están la de reducir en los capítulos que no son imprescindibles para el desarrollo económico y social y aquellos que no generen empleo y riqueza. En ese sentido ideológico se atacan los gastos en educación y sanidad, olvidándose de la importancia económica futura que tienen estas actividades (o no se olvidan, puesto que piensan en sus intereses de privatización de la enseñanza y la sanidad, con lo que, bajo supuestos principios de eficiencia, se esconden principios de lucro). Dime dónde recortas y te diré cuál es tu ideología y tu bolsillo. Estos recortes están generando una respuesta social importante y están encontrando un frente social que hace que sean limitados y su proceso de recorte será largo y complicado. Pero en lo que nos afecta a nosotros, LOS RECORTES EN CULTURA, no existe esa respuesta social, al contrario, entre la población se encuentra una cierta justificación. Los motivos son diversos y se han extendido una serie de ideas, que tampoco nosotros hemos rebatido: – La cultura es prescindible, es casi un objeto de lujo, solo debe invertirse en ella cuando las cosas van bien.
– La cultura en una cosa de minorías, “no pasa nada porque los gafa pastas se queden sin diversión”, es una frase que he escuchado hace poco.
– Los que hacen cosas de cultura no trabajan apenas, ni quieren trabajar.
– La cultura solo quiere vivir de subvenciones.
– Los que trabajan en cultura o educación son de una determinada opción ideológica.
– La cultura no genera empleo, ni riqueza. Estos razonamientos están más o menos extendidos y dificultan una lucha contra los recortes en este sector. Los comentarios sabemos que son injustificados, pero es importante saber por qué se ha llegado a ellos y sobre todo por qué se han generalizado, si queremos plantearnos una campaña de acciones para defender la cultura y nuestro trabajo.Pero antes de entrar en la autocrítica, vamos a intentar desmontar algunos prejuicios interesados que lanzan los economistas ortodoxos y los administradores públicos sobre la cultura. Lo haremos en términos económicos, para manejar las mismas herramientas que ellos. Pero será en el próximo capítulo:
LA CULTURA COMO GENERADORA DE EMPLEO Y RIQUEZA
Ilustración: Imada Vadillowww.laletrasinfin.blogspot.com
www.laserasdeeltablero2011.blogspot.comA veces quedamos embarazados de ideas que parten de un copular creativo, de un impulso álgido de la mente donde entiendes que hay algo que debes y quieres hacer. Entonces hay dos opciones: hacer todo lo posible por que nazca o dejarlo morir. Joaquín Artime es de los que no entierran nada, y hace dos años, “parió” junto a Elisa Falcón el blog “La letra sin fin”, cuyo objetivo es escribir historias a cuatro manos no únicamente entre ellos, sino donde pudiera participar quien quisiera, libremente, con la condición de que uno comenzara una historia y parara en un punto del que el otro partiría para continuar. Y así hasta el final. El año pasado, dentro del I Festival Rural de Creación de Las Eras de El Tablero, la experiencia tomó forma de taller de escritura creativa donde vecinos y visitantes podrían participar. Así, creamos entre todos cadáveres exquisitos y cuentos de lo más interesantes, sobre todo porque no hacía falta saber escribir o hacerlo maravillosamente bien. Lo único importante era que había un grupo enorme de personas de todas las edades compartiendo la palabra y la expresión. Este año, en la segunda edición del Festival, volvimos a participar, esta vez sin la presencia de Joaquín, pero contando con la de Elisa Falcón. Fue el pasado domingo 2 de Octubre. En esta ocasión el grupo que participó fue mucho más numeroso que el del año anterior, y de edades muy variadas, destacando un gran grupo de niños y otro no menos numeroso de ancianos la mar de motivados por contarnos y que escribiéramos, o de escribir. Fue un taller de menos de una hora, y aún así la participación fue espontánea, ágil, divertida. Todos formaron parte de un modo u otro, incluso secuestramos a algún amigo que andaba por allí para que nos ayudara con los más pequeños. Al terminar, leímos las historias resultantes, entre ovaciones y risas que nos hicieron marcharnos de allí con el alma bien alimentada. Y ahí no terminaba todo, porque con el paso de los días podrían ver las historias resultantes publicadas en el blog: http://laletrasinfin.blogspot.com El hecho de participar en un Festival como éste y de verificar cómo toda una comunidad es capaz de unirse para disfrutar de actividades artísticas que van desde la danza, el teatro, la narración, el cine o la escritura es un verdadero placer, sobre todo partiendo de la base de que La Pimentera [Acción Creativa] bajo la dirección de Ana Alonso y Miguel Ángel Mejía y la asociación de vecinos de El Tablero no cuenta con ayudas económicas para hacerlo, y los artistas, altruistamente, igual que ellos, dedican ese fin de semana a compartirse en un entorno Rural y único. Ese mismo día, por la noche, casi a última hora, conté cuentos con Amarillo Molière (Silvia Torrents y yo en las narraciones y Javier Afonso al piano y guitarra) entre vecinos del pueblo y amigos. Una verdadera gozada. Aquí, un vídeo resumen de lo que fueron las actividades de ese día en los distintos emplazamientos que el pueblo dispuso para las actividades.